En inversion educativa : somos los mas bajos

No todo está tan mal como parece en Argentina. Hay una buena noticia que comunicar, y es que se han cumplido las metas fijadas por la ley de Financiamiento Educativo sancionada en diciembre de 2005. Dicha ley preveía aumentar progresivamente la inversión en Educación, Ciencia y Tecnología desde 2006 hasta alcanzar una inversión de 6 puntos sobre el Producto Bruto Interno para 2010 y ello, afortunadamente, se logró.
La mala noticia, es que aún en nuestro país persisten profundas desigualdades en la distribución de los recursos entre las provincias, consecuencia inexorable de la ausencia de un verdadero federalismo fiscal. Basta con observar la disparidad en el gasto salarial, en términos nominales, que se da entre algunas provincias como por ejemplo, entre Formosa y Santa Cruz; para ver cómo en el territorio del matrimonio presidencial de los Kirchner, casi triplica en materia salarial a la primera.
Sin duda, el mapa del Gasto Educativo presenta algunas curiosidades. Por caso, la Ciudad de Buenos Aires - actualmente administrada por el Ing. Mauricio Macri- a pesar de contar con un 95% de autofinanciamiento genuino de los recursos, ocupa un rezagado décimo quinto lugar en el ranking salarial en el orden nacional, con una inversión real del 26.9 % bastante lejos, por cierto, de la media nacional fijada alrededor del 30 puntos porcentuales.
Otro dato curioso lo aporta la provincia de Santiago del Estero cuyo gobernador Gerardo Zamora, insiste en exhibir como un logro el superávit fiscal ofrece uno de los más bajos índices de inversión educativa del orden del 21.4%. Cierto es, que tanto Santiago del Estero, como Corrientes, Misiones y Salta son las provincias que lideran la más baja inversión por alumno en el sector estatal.
Todo indica que el inequitativo e injusto esquema de coparticipación fiscal ha logrado afianzar las desigualdades regionales existentes. Estamos convencidos que la nueva configuración de fuerzas en el Parlamento debería ser una excelente oportunidad para llevar el reclamo de los gobiernos provinciales de un mejor reparto del impuesto al cheque y del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Del mismo modo, estamos convencidos que la buena utilización de estos fondos abrirá camino para la presentación de interesantes proyectos y propuestas de políticas públicas. Sin ir más lejos, podría plantearse la obligatoriedad en la utilización de al menos dos libros por año por alumno en escuelas primarias y secundarias, para sacar a nuestros niños y adolescentes de un estado de analfabetismo semifuncional, por ausencia de calidad en los contenidos curriculares.
Pues bien, lejos de las rencillas parlamentarias habituales, es urgente rescatar para la sociedad la confianza en el valor de la educación como palanca del desarrollo. Sólo así los argentinos habremos comprendido que debemos encaminarnos, sin más dilaciones, hacia el progreso. fuente http://www.diariopolitica.com/foro/esperanza_educativa_columnistas_7365.html