TARDE O TEMPARNO,LA JUSTICIA LLEGA

Encapuchados atacaron brutalmente en su casa al empresario Miguel Sarquiz
Violencia. Lo maniataron junto a su nieto tras irrumpir en su domicilio en La Banda. Lo golpearon hasta sacarle un ojo de vidrio y la dentadura postiza. Huyeron de la casa sin llevarse nada de valor. Hay dudas sobre el móvil del ataque.
El joven Nicolás Brajcich buscó un cuchillo en la cocina con las manos amoratadas por el precinto con el que lo habían maniatado. Logró cortar las ataduras de plástico y salió corriendo a la calle a pedir ayuda. En la habitación, su abuelo, Miguel Sarquiz, permanecía tumbado y malherido. Tres encapuchados acababan de escapar su casa de La Banda, después de hacerlos pasar treinta minutos de angustia y violencia en el mediodía de ayer.
Sarquiz fue trasladado en un auto particular a un sanatorio céntrico momentos antes de que llegara la policía. En la escena del crimen, el panorama era cruento. Las sábanas y el piso estaban manchados con sangre, y sobre la cama habían quedado un ojo de vidrio y una dentadura junto a un maletín perforado por un disparo.
Con Sarquiz internado, y bajo el efecto de los sedantes, la policía conoció la historia por el relato de Nicolás, su joven nieto de 19 años, que había logrado escapar a pedir ayuda luego del ataque, y logró dar con un móvil de la Comisaría Catorce que patrullaba la zona.
Nicolás llegó a la propiedad de la calle O´Mill minutos después de la una de la tarde, el único momento del día en que su abuelo se queda solo. Allí funciona una oficina donde atiende sus negocios agropecuarios, y atrás está su vivienda. A la una y media, todos los días, se hace el recambio de los empleados de la oficina y la seguridad, y durante media hora el empresario queda solo. Fue ese el momento que eligieron los delincuentes para irrumpir en el domicilio.
Cuando Nicolás tocó la puerta, fue uno de los tres encapuchados quien le abrió, y lo metió dentro de un manotazo. Habían ingresado a la casa caminando y armados, después de ver irse al último empleado, y llevaban precintos de plástico con los que ataron a Sarquíz y a su nieto.
Según el relato que el joven hizo a la policía, los delincuentes, que llevaban pasamontañas y anteojos negros, pedían dinero. Aunque en la casa había una caja fuerte en el comedor, y otra en la habitación de Sarquíz, en ninguna había cantidades importantes de dinero, ya que sólo estaba lo que se usaba para el consumo del día.
Los encapuchados llevaron al empresario a la habitación, a pesar de que él les había advertido que la clave de la caja fuerte sólo la sabía su hijo, quien no se encontraba en la casa. “Te vamos a sacar el ojo ¿Quieres que te saquemos el ojo?”, habría amenazado uno de los delincuentes después de pegarle un culatazo en la cabeza a Sarquiz. El empresario había perdido el ojo izquierdo en un accidente, y lo había reemplazado con uno de vidrio, que uno de los encapuchados le arrancó junto a la cama, para luego hacer lo mismo con la dentadura postiza.
Tras golpear a hombre en repetidas oportunidades, y hasta hacer un disparo con el arma de fuego, los encapuchados abandonaron la casa llevándose nada más que cheques que habría habido en la oficina, por pequeños montos de dinero.

Dudas e hipótesis
El ataque a Sarquiz dejó muchas preguntas sin resolver. La policía todavía no pudo indagar al empresario ya que se encuentra bajo el efecto de los sedantes y bajo observación médica, y deberá permanecer así por 48 horas.
Mientras tanto, la División de Criminalística estudia si el disparo fue un tiro de advertencia o si se les escapó a alguno de los maleantes mientras golpeaban a Sarquiz a culatazos. Para ello, analizan un plomo que se encontró junto a la puerta, y sería de un revolver calibre 22.
Por otra parte, hay dudas sobre el móvil del ataque. Fuentes policiales consultadas por EL LIBERAL señalaron que “se trata de personas que conocían bien la rutina de Sarquíz, y que lo tenían estudiado”, y advirtieron que “es difícil pensar que si iban dispuestos a robarle, no tenían conocimiento de que en el lugar no había dinero”. Segú pudo saber EL LIBERAL, Sarquiz habría reconocido a alguno de los maleantes, aparentemente por su voz, y se espera la información que pueda aportar en su declaración.
Por el momento, la causa se tramita en el Juzgado de Crimen de Feria de La Banda bajo la carátula de “robo calificado”.
fuente el liberal

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