Rescatemos la memoria colectiva. JUÁREZ y el GENOCIDIO

Cuando era casi un niño, en aquellos años terribles del genocidio. Salía del Colegio, me prendía un cigarrillo y me iba a casa caminando con la carpeta debajo del brazo y las manos en el bolsillo, todavía la Tucumán no habia sido convertida en cloaconal,por Zavalia, se podia caminar y disfrutar del movimiento de gente.

Siempre que pasaba por “El Bandeño de la suerte” miraba los dos escaparates que tenia la librería de la “Teresita”, me gustaba leer y continuamente había libros nuevos, me paraba un rato ahí leyendo la portada de los libros, un día de esos años, estaba puesto en la vidriera un texto que me llamo la atención mas el titulo que otra cosa, decía el rotulo “Hora Crucial de la Argentina", en la capa delantera tenía el ominoso dibujo de una horca. Décadas después, entendí la metáfora de la tapa del libro.

En algún momento de mi vida llegó esa aberración a mis manos, nunca pude leerlo completo, es más, después de un tiempo de no saber que hacer con esa porquería lo tiré. Solo transcribí y guarde un párrafo, porque en esas dos líneas insensatamente el tirano justificaba del peor modo el genocidio, que Dios me perdone por trascribirlo ahora y aquí:

Decia el tirano: “Una violencia que ciega los recursos legales para sofocarla, sólo puede engendrar el supremo recurso de los medios extralegales para combatirla”.

Después de este libro, llegó 1983 y Juárez, a partir de ese año, fue elegido indefinidamente para tutelar la provincia.

Ella entró. El edecán buscó su nombre en el libro de audiencias. Observó sus pies, su pollera larga. Cerró el libro. Caminaron unos metros por la casa de gobierno. Su padrino la esperaba en un despacho. Sara Alicia Ponce no tuvo más noticias de él hasta días más tarde: el 11 de junio de 1975 en una sala de la Secretaría de Informaciones. Cuando comenzaba la tortura, el edecán le dió un mensaje: “Te traigo un mensaje de tu padrino: cantá”. Carlos Arturo Juárez, el padrino, el gobernador de la provincia, le avisaba que si reconocía que formaba parte del ERP, “la dejaría en libertad”.

Estimadísimo, mi posteo no implica un rescate o un panegírico de las organizaciones insurgentes, no busco con esto una reivinicación de la lucha armada.
Use este hecho terrible tan solo como una reflexión, de eso se trata si queremos rescatar la memoria, porque la Srta. Sara Alicia Ponce jamás integró ningún grupo armado, ni insurgente, ni siquiera era de izquierda. Es mas era ahijada de Carlos Juárez, mi posteo es tan solo una imagen del Caudillo nada más, una suerte de foto que perdura en el tiempo.
Fíjese que le hablo del ´75, cuando la maquina de desaparecer personas aun no esta aceitada.
Un abrazo.